“Recordar para exigir Justicia”
CARTA ABIERTA A LA SOCIEDAD ARGENTINA
El 17 de marzo de 1992 voló por los aires la Embajada de Israel en Buenos Aires. En esa montaña de escombros quedaron 29 vidas truncadas, sus sueños, sus presentes y sus futuros.
Los que sobrevivimos a esa tragedia no somos los que fuimos. Un antes y un después; una bisagra partió nuestras vidas. Tuvimos que aprender a empezar con los cuerpos maltrechos y las almas hechas pedazos.
Sabemos que hay una humana tendencia al olvido. Sin embargo, necesitamos – una vez mas- ratificar que el 17 de marzo de 1992 la voladura de la Embajada de Israel en Buenos Aires fue el primer acto terrorista internacional acontecido en Argentina; terrorismo que no hubiese sido posible sin que la conexión internacional tuviese un fuerte sustento nacional.
En nombre de esas vidas truncadas - de los hijos que quedaron sin padres y de los padres que quedaron sin hijos- y de los que renacimos ese 17 de marzo, reclamamos que la sociedad argentina no sea ganada por la indiferencia. Los que cayeron en la voladura de la Embajada era gente de trabajo, peatones, habitantes de un geriátrico y vecinos. No había ninguna trinchera ni era una situación de guerra.
Demos sentido a sus y nuestras vidas y sus muertes no dejando que el silencio se transforme en complicidad y que, esa complicidad, constituya la seña de identidad de la sociedad argentina que tiene el raro privilegio de ser el lugar del mayor atentado, perpetrado contra civiles, desde la Segunda Guerra Mundial.
Sobrevientes y compañeros de la Embajada de Israel en Buenos Aires.
6 comentarios:
El terrorismo, venga de donde venga, es condenable.
Querida Silvia, en todos los sitios pasa lo mismo, el tiempo cicatriza, hace olvidar a las víctimas y al final se pacta con los asesinos...así es la sociedad actual.
Afortunadamente quedan personas que no los olvidan nunca.
José María
Fue un hecho atroz, condenable, injusto. Ningún pueblo se merece que atenten contra su dignidad, y el judio merece todo el respeto del mundo. Un abrazo
Siempre contaran conmigo... mientras tenga vida ... aunque no siempre lo esté diciendo por ahi a los vientos..
un abrazo
juank
Yo estaba cerca y oí en estruendo. Horrible.
Mi absoluta codena a este hecho repudiable y soliaridad con las víctimas.
Saludos
Tenemos mala memoria y hace bien refrescarla, aunque debamos remover dolores no resueltos.
Me permito entraren tu blog y recorrerlo. espero no te moleste.
saludos desde Rosario.
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