
¿Qué opinión debe importar más a un hombre?
La de los otros hombres -respondió uno.
La de su familia -opinó otro.
La de sus amigos –aventuró un tercero.
Dijo el maestro:
Todas estas opiniones son muy importantes, pero ninguna más que la propia opinión.
A los demás les podemos engañar, a nosotros mismos no.
Tarde o temprano la verdad llega con su luz, entonces vemos quienes somos.
No importa nada que todos los hombres digan bien de mí, si de mí mismo pienso mal.
Y nada importa que todo el mundo piense mal de mí
si yo aprobé mi examen de conciencia.
No importa nada que todos los hombres digan bien de mí, si de mí mismo pienso mal.
Y nada importa que todo el mundo piense mal de mí
si yo aprobé mi examen de conciencia.