http://www.youtube.com/watch?v=FsmWzFNw0_o
Hay besos que pronuncian
por si solos la sentencia de
amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos,
besos nobles hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan solo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.
Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuántas rosas en broche han deshojado.
Hay besos perfumados, besos tibios que
palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.
Hay besos que parecen azucenas por sublimes,
ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.
Judas besa a Jesús y deja impresa en su rostro de Dios,
la felonía, mientras la Magdalena con sus besos fortifica piadosa su agonía.
Desde entonces en los besos palpita el amor,
la traición y los dolores, en las bocas humanas
se parecen a la brisa que juega con las flores.
Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca, tu los conoces bien,
son besos mios inventados por mi, para tu boca.
Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.
Te acuerdas del primero...? indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenaron sé de lágrimas tus ojos.
Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios.
Te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.
Yo te enseñé a besar:
los besos fríos son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar
con besos míos inventados
por mí, para tu boca.
Gabriela Mistral
Hay besos que pronuncian
por si solos la sentencia de
amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos,
besos nobles hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan solo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.
Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuántas rosas en broche han deshojado.
Hay besos perfumados, besos tibios que
palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.
Hay besos que parecen azucenas por sublimes,
ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.
Judas besa a Jesús y deja impresa en su rostro de Dios,
la felonía, mientras la Magdalena con sus besos fortifica piadosa su agonía.
Desde entonces en los besos palpita el amor,
la traición y los dolores, en las bocas humanas
se parecen a la brisa que juega con las flores.
Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca, tu los conoces bien,
son besos mios inventados por mi, para tu boca.
Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.
Te acuerdas del primero...? indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenaron sé de lágrimas tus ojos.
Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios.
Te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.
Yo te enseñé a besar:
los besos fríos son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar
con besos míos inventados
por mí, para tu boca.
Gabriela Mistral
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